martes, 26 de febrero de 2008

Angustia de Separacion

Dr. Nelson E. Duarte Morel
Pediatra-Psicólogo


El trastorno de angustia por separación, que se hace más patente en tiempos de inicio escolar, es un padecimiento que afecta principalmente a niños y jóvenes caracterizado por sentimientos de excesiva ansiedad relacionada con separación, real o anticipada, de la figura materna o paterna (o de la persona que cuida al niño).
La ansiedad por separación es un fenómeno normal antes de los 3 ó 4 años. El desarrollo físico y psicológico contribuye en la mayoría de niños fortalecer su auto confianza y, en general, a partir de los 7 u 8 un niño normal no presenta signos del padecimiento. Una minoría, sin embargo, continúa presentando síntomas de ansiedad excesiva ante la separación inminente o consumada de las figuras de apego. Se estima que en EU alrededor de un 4.5 % entre los 7 y los 11 sufre el trastorno. En adolescentes la prevalencia se estima en 1.3 %. Los CDC de Atlanta, EU, consideran que hasta un 40% de los jóvenes que no completan la secundaria presentan un trastorno mental, y de estos, la mitad padece un trastorno de ansiedad.
El trastorno de angustia por separación debe considerarse en todo niño mayor de 8 años o adolescente hasta los 18, que presente por un mínimo de 4 semanas los síntomas siguientes: 1) rechazo a dormirse sin la presencia de la figura de apego; 2) excesivo malestar (o rabietas) cuando la separación es inminente; 3) ideas de daño propio o a los padres); 4) pesadillas (con contenido relacionado con la separación); 5) nostalgia del hogar (deseos de regresar o contactar familiares cuando está separado); 6) síntomas físicos frecuentes sin explicación médica (dolores de cabeza y abdominal, vómitos, mareos, etc), sobre todo al momento de la separación (al ir a la escuela en la mañana, por ej.).
No se conocen las causas. La historia de trastornos de ansiedad o depresión en los padres, depresión en el embarazo o postparto, separación temprana de la figura materna, hospitalizaciones, divorcios, muerte de familiares o mascotas, entre otros, han sido citados como factores predisponentes.
El tratamiento es indispensable para recuperar la vida normal del paciente y evitar la deserción escolar y el desarrollo de otros trastornos mentales. Se basa en psicoterapia individual y familiar (cognitiva) y psicofármacos (antidepresivos, beta bloqueadores, ansiolíticos). El pronóstico es bueno con tratamiento temprano que incluya la familia.

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