Dr. Nelson E. Duarte Morel
Pediatra-Psicólogo
9 de julio del 2007.
La Receta Médica es el documento escrito y firmado por el médico, odontólogo u otro profesional que la ley autorice, mediante el cual se dispone servir o despachar en las farmacias autorizadas, y por un farmacéutico autorizado, uno o más medicamentos a un paciente dado. Su formato podrá incluir varias partes: 1) los generales del profesional, que incluyan títulos y números telefónicos, 2) los generales del paciente, y 3) el cuerpo de la receta, el cual deberá contener los datos del medicamento prescrito, como son nombre comercial y/o genérico, presentación, dosis, intervalo entre dosis, cantidad de unidades prescritas, así como instrucciones detalladas al paciente. Todo, de modo claramente legible. Al final, la receta será debidamente firmada y sellada por el médico.
Es común que las recetas médicas sean iniciadas, en el cuerpo de la misma, por un signo “Rx”, una derivación de “Rp” que significa recipe (‘servir’, ‘despachar’).
Ahora bien, ¿elaboran los profesionales sus recetas de acuerdo a normas internacionales o nacionales? Desafortunadamente no. Muchas veces la receta ni siquiera es legible por la farmacia, mucho menos por el paciente, dando lugar a costosos errores que siempre paga el usuario. Se ha determinado que son frecuentes errores tales como sobredosificación, subdosificación, formulación incorrecta, formulación múltiple (varios medicamentos con la misma función) y formulación extravagante (empleo de medicamentos de costo excesivo, con iguales relaciones costo-beneficio que otros), entre otros. Por otro lado, diversos estudios en países pobres y ricos han demostrado que en la elaboración de las recetas los médicos no siempre siguen criterios académicos, sino que siguen las influencias del mercado farmacéutico. En un estudio en Perú en 1995, más de dos tercios de los médicos afirmaron que su principal fuente de información era la propaganda entregada por los laboratorios (Cárdenas, 1995).
La receta médica, aunque representa y distingue al profesional que la prescribe, se ha convertido erróneamente en una fuente de competencia entre médicos. A mayor costo, mayor la valoración por parte del paciente y mayor prestigio para el profesional, piensan algunos. Siempre he creído que esto no es cierto; una receta cara la elabora cualquiera sin ser médico. Un diagnóstico correcto, seguido de una receta correcta, bien formulada, asequible al paciente, sólo los puede realizar un buen médico, incluso usando medicamentos no costosos y los llamados genéricos, de lo cual trataremos la próxima vez.
viernes, 15 de febrero de 2008
La Receta Médica (1 de 2)
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