Dr. Nelson E. Duarte Morel
Lunes, 10 de diciembre del 2007, 10:05 pm
Llegó diciembre y el “friíto” de la navidad que tanto nos gusta a muchos, aunque este año, por el calentamiento global, amenaza con ser más frío..
Pero aparte de lo bueno que viene con ella, como el encuentro con amigos y familiares, temperatura agradable, ambiente festivo, la “regalía” pascual y los regalos de Niño Jesús y Reyes, la Navidad también nos trae a unos invitados que igualmente hacen su “agosto” en esta temporada. Nos referimos a esos microorganismos llamados virus, responsables de incontables enfermedades en cualquier mes del año, pero que para esta temporada tienen preferencia por enfermedades respiratorias y digestivas, como son la influenza o gripe (virus influenza y parainfluenza), la bronquiolitis infantil (virus sincitial respiratorio) y la diarrea aguda (rotavirus). Así, la mayoría de las consultas e internamientos ocurridos en diciembre y enero en cualquier centro de salud, son ocasionadas por gripes complicadas, neumonías, ataques de asma, bronquiolitis y diarreas infantiles.
Este comportamiento, con predilección por los meses finales del año y los iniciales del siguiente, ocurre en todo el mundo, incluyendo los países desarrollados, donde ocasionan una gran merma en la productividad debido a las ausencias laborales y escolares. Aunque el pueblo frecuentemente los asocia al “cambio de temperatura”, la verdad es que estos virus se comportan igual que muchas frutos, que sólo germinan o lo hacen mejor en determinadas épocas del año.
Conociendo de antemano nuestra mayor vulnerabilidad a estos virus desde noviembre hasta principios de la siguiente primavera, recomendamos algunas medidas, entre otras, que ayudarían a evitar o mitigar sus efectos, sobre todo en niños, envejecientes, embarazadas y personas debilitadas:
1) Evitar exposiciones innecesarias a corrientes frías de aire y lluvia. Bañar con agua tibia preferiblemente en el día.
2) Evitar los lugares abarrotados de personas.
3) Evitar el contacto cercano con enfermos y disponer adecuadamente de las secreciones nasales e intestinales.
4) Mantener al niño al día con su esquema de vacunas.
5) Preguntar a su médico por las vacunas anti influenza (envejecientes) y anti rotavirus (niños).
6) Procurar asistencia médica temprana ante síntomas sospechosos.
7) Evitar la ingesta excesiva de alcohol.
martes, 5 de febrero de 2008
Diciembre, el friíto y las enfermedades virales
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