jueves, 21 de enero de 2010

"Esto es Haití"

Dr. Nelson E. Duarte Morel

"...la ostentosa exhibición de la solidaridad, no la solidaridad misma, provoca en ocasiones la impresión de estar presenciando un acto indecente."
José María Ridao, ElPaís.com, 21 enero 2010.




Pasados nueve días del devastador terremoto que casi destruyó la República de Haití, la parte occidental de la Isla Hispaniola compartida con nosotros, República Dominicana, aún percuten en nuestra mente el inmenso susto y las horribes escenas de terror que parecen tomadas o construidas para una película realizada por el más sádico de los cineastas. Todavía mortifican nuestro pecho el miedo, la inseguridad y una sensación de indefensión cuando conocemos de boca o pluma de grandes especialistas la certeza de que pronto o no se sabe cuándo, un sismo similar o aún más potente afectará esta parte de la isla, dadas las conocidas fallas geológicas que aquí existen, sobre todo la llamada Falla del Cibao, que pasa exactamente por Salcedo, la ciudad en que vivo.

¿Qué pasará entonces? ¿Qué deberemos hacer ante tal calamidad? ¿Correr o meternos debajo de la cama o debajo de algún dintel? Tal vez sea mejor la técnica del "triángulo de vida" que aún no acabo de entender. Acaso, después de todo, nada haya que hacer más que rezar (habrá que aprender) y rogar porque aún estemos vivos y que los sobrevivientes, si es que alguno queda, nos rescaten, ya que de la ONU o los "marines" no hay mucho que esperar, pues estarán ocupados en controlar los aeropuertos, el Palacio Nacional, los puentes, los grandes hoteles y cosas más importantes.

El sismo, seísmo, terremoto o temblor de Haití, de una magnitud nunca vista en más de doscientos años en la historia de esta isla, ha servido para varias cosas. Primero, para que la debacle de la primera República negra del Nuevo Mundo y otrora próspera nación, entonces considerada la "Perla" francesa en las Antillas, obligue a girar la mirada del mundo hacia ella y para reavivar las culpas de quienes desde Colón hasta nuestros días han explotado, expoliado, invadido y abusado de esta tierra. Segundo, para ofrecer al pueblo haitiano la posibilidad de una nueva oportunidad de constituirse en una nación aceptablemente estable, próspera y vivible; un recomienzo para un pueblo que pagó un alto precio (material, social e histórico) por el derecho de ser libre, y que ahora, paradójicamente nuevamente paga con vidas, dolor y destrucción esa segunda oportunidad. En tercer lugar, para poner a prueba la capacidad de respuesta, de solidadidad y filantropía de sus propios ciudadanos-los que aún pueden-, de sus vecinos dominicanos, de la comunidad internacional y sobre todo de los que más que nadie tienen una deuda moral, económica e historica con el empobrecido Haití. Por último, para deslindar la solidadridad de la compasión, la filantropía del oportunismo. Muy fácil resulta mostrar compasión con una comunidad en dolor; dar cuando estamos conmovidos, estremecidos, consternados y hasta asustados. Difícil será seguir ayudando cuando Haití ya no sea noticia, cuando nos hayamos olvidado de la conmoción y el susto, y cuando nuevas noticias y tragedias ocupen los titulares y las pantallas de TV.

La tragedia de Haiti sirve a los dominicanos para que pongamos nuestras barbas en remojo, hagamos conciencia del peligro de nuevas amenazas y construyamos una cultura antisísmica.

En Haití hemos sido testigo, desde nuestras pantallas de TV y a traves de los medios escritos, de verdaderos actos de heroismo. El mundo ha visto la increíble solidaridad de dominicanos, cubanos, sudamericanos, mexicanos y españoles. Y de muchas naciones más. Mientras los "marines" se ocupan de exhibir espectaculos "cinematográficos" de poder militar, y sus buques-hospitales observan la tragedia desde el mar, los hospitales dominicanos están abarrotados de haitianos mutilados, desesperados. José María Ridao, de elpais.com, escribió en la edición del 21 de enero: "Éste es, sin duda, un instante crítico, si no para la suerte de la población, que ya está echada para décadas, sí, al menos, para un asunto del que cuesta hablar cuando aún permanecen miles de cadáveres bajo los escombros: la ostentosa exhibición de la solidaridad, no la solidaridad misma, provoca en ocasiones la impresión de estar presenciando un acto indecente."

Entrevistado por Pablo Ordaz, enviado especial de elpais.com, con la impotencia del que observa una tragedia nunca imaginada y ante el anuncio de que EU planea enviar cuatro mil marines adicionales a los 12 mil existentes, el general dominicano de la Defensa Civil asignada en Haití Luis Antonio Luna, declaró: "No son fusiles ni helicópteros lo que más necesitan los haitianos; necesitan complicidad, comprensión. Que los mires de frente, y no desde la altura de un carro de combate. Aquí hubo un terremoto, no una conspiración contra la humanidad. Hay que ayudarlos, no combatirlos".

"Esto es Haití, no Afganistán!", remachó.

domingo, 10 de enero de 2010

"Apuesta a lo visual". La Maravillosa Estética de Ricardo Rivera

Angel Ricardo Rivera Morel es un artista nato, puro. Sencillamente increíble, maravilloso. Sus pensamientos son muy poéticos y vuelan entre las nubes de la estética, la filosofía y la poesía. Aunque a veces no lo entiendo, como es de esperarse de un hombre simple, me encantan sus fotografías, sus diseños, sus cuadros. Por alguna razón me conecto con su obra, que desde "Reflexiones Más Allá del Color", en los 80's, en Casa de Teatro, me viene refrescando el alma. Ricardo Rivera, además de todo, es mi hermano materno, y vivo orgulloso de tenerlo tan cerca.
En su honor reproduzco aquí, completa, la entrevista parcialmente publicada por el periódico Hoy, el 9 de enero del 2010.

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Entrevista de artes del periódico “Hoy”
Apuesta a lo visual...
Por: Clara Silvestre

http://hoy.com.do/vivir/2010/1/8/309040/CulturAutografoApuesta-a-lo-visual
Ene-9-2010

¿Como podría definirse su obra artística?
Gran experiencia visual… Cae plenamente dentro del campo surrealista, podríamos decir fotografía?, pintura?, dibujo?... A mi se me antoja “poesía”.
Si la fotografía es luz, hela aquí para sus ojos. Complementada, extendida, sin limite como forma expresiva para una reflexión. Nuestro planteamiento no solo recoge la belleza sino que entra en los ámbitos de los subconscientes existenciales, etéreos; donde la razón se vuelca, donde aparece el silencio que nos trae la reflexión. Se trata de imágenes, propias, originales, personales, intimas, únicas, donde no se depende de nadie, de nada, solo lo visual. El concepto trae la música y esta se recrea para hacer la poesía.

¿La composición?
Arrastrado por la simétrica, de una forma inconciente caigo y me asidero a ella, me lleva al equilibrio, a la seguridad, a la solides, a la simpleza. De estructuras básicas, con incidencias monocromaticas. La fuerza de nuestra obra se fundamenta en la forma y el contenido simbólico evidenciando mi conciencia visual. La yuxtaposición de elementos a veces pueden resultar misteriosos e incongruentes porque obviamente no son parte de una realidad, sino la mía interna, que fluye, que brota sin razón o viceversa.

¿Lo simbólico?
Si tenemos en cuenta el simbolismo Freudiano y lo combinamos con los elementos pictóricos llegamos sin lugar a dudas a un producto sensorial que tiene que ver con el origen del todo, las causas y la cosas, o sea, lo metafísico. Esta atmósfera irreal se percibe en los objetos; en las aves que vuelan pesadamente sin definición objetiva; en el oxigeno clorofiliano que acaricia la vida y exalta la belleza; grupos que danzan en el azul; brazos en movimientos con puñales que emergen hacia en una búsqueda o denuncia.

¿Los elementos?
Tierra, agua, aire, mar, texturas, transparencias, restos de maderas marina, instalaciones ingrávidas, de todo… Sobre todo, la luz.
Se trata de percibir la búsqueda en las profundidades de lo humano, estamos develando un santuario interior privado, para presenciar aquel universo nuestro, mágico, silencioso, personal…

¿Técnica?
La cámara fotográfica, la computadora, impresión digital, dibujo, pintura, acetatos, transparencias, madera y no sigo porque no terminaríamos, en esencia, todo lo que esté a nuestro alcance para hacer un discurso visual, para hacerle la corte al arte moderno de este siglo arrebatador.

¿La Filosofía?
El recogimiento sincero, humanista, que nos hace pensar en el amor, la ternura, la nostalgia. Netamente emocional porque sobrepasa lo real, lo imaginativo y se sumerge en lo irracional.

Ángel Ricardo Rivera
Trabajó dirección de artes en la ciudad Miami Florida por 23 años. (1985-2007) En la actualidad reside en el país y se desempeña como creativo publicitario en la Dirección de Prensa y publicidad de la Presidencia de la Presidencia, en el área de Relaciones Públicas. Tiene su propia agencia de publicidad promoción y artes, “Globalcomcept.”
Destacada participación en la ultima bienal de Cándido Bido , Bonao R.D. (2009) En el 2004 una de sus obras fue seleccionada para el concurso de Artes de E. León Jiménez en la ciudad de Santiago, R.D.