...logró armar todo un ejercito de aliados en torno a su candidatura, haciendo que la votación estuviera mas disgregada o fragmentada, igual que hacía Balaguer y como hizo Peña Gómez...
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Por lo que aparenta, en las votaciones del 16 de mayo no hubo perdedores. Los militantes y dirigentes del partido que resultó más votado, esto es, el PLD, celebran con razón su triunfo, pues obtuvieron el 53.83 por ciento de los votos emitidos. Si recordamos que muchos de los propios peledeistas y casi todos los que favorecian a los partidos de posición dudaban de que no habría segunda vuelta, entonces esa victoria del PLD y sus aliados resulta una agradable sorpresa para sus partidarios inseguros y un golpe demoledor para los que esperaron en vano una segunda ronda de votaciones.
No hay dudas, por tanto, de que la victoria del candidato del partido de gobierno es un triunfo verdadero, a pesar del decrecimiento neto de su votación como partido; la coyuntura económica del país, con crisis de altos precios de combustibles y la crisis mundial de alimentos, con indudable repercusión local, amen del sentimiento antireeleccionista, de triste recordación, tan presente en una buena parte de los dominicanos, fueron factores que no permitían bajo ninguna circunstancia obtener un mejor desempeño en el certamen electoral recién celebrado. El triunfalismo exhibido y los alardes de que ganarían con el 60% o más, resultaron necesarios para asegurar ese casi 54%. ¿Acaso no aseguró el principal partido de oposición que tenia 24 provincias ganadas y que peleaba muy estrechamente por las restantes? Es parte de la competencia.
Pero ocurre que los que se supone son perdedores andan por ahí declarando estar contentisimos por el 40.48% obtenido, y felices porque la diferencia "no fue tan grande" y porque fueron el único partido que creció individualmente el pasado día 16, lo cual es cierto. Pero esta lectura simple de los resultados electorales resulta equivocada y peligrosa para ellos mismos en vista de que la contienda no era simplemente PRD contra PLD, sino los aliados antireeleccionistas unidos al PRD contra el PLD y sus aliados reeleccionistas. O podría decirse que MVM, el PPH al frente del PRD más sus fuerzas aliadas contra Leonel, el PLD y todos sus aliados y simpatizantes. En esta total polarizacion de las dos corrientes principales del país, había que ser antireeleccionista o antileonelista, pepehachista, perredeista o perredeoso para escoger a MVM; de igual modo tendría que ser leonelista, releccionista, peledeista o peledeoso, o sencillamente contrario al otro polo, para escoger a Leonel Fernandez. En esta encrucijada, absolutamente conyuntural, venció uno de los polos, ayudado por todos sus aliados y simpatizantes, y perdió el otro con todo y sus aliados y adeptos. Por tanto, creo que es una ilusión tomar la votación individual del PRD como un triunfo, pues simplemente creo que se debe a que su votación estuvo menos fragmentada y en consecuencia mas pura que la del candidato ganador, quien logró armar todo un ejercito de aliados en torno a su candidatura, haciendo que la votación estuviera mas disgregada o fragmentada, igual que hacía Balaguer y como hizo Peña Gómez con el Acuerdo de Santiago y luego el de Santo Domingo, haciendo sus candidaturas más fáciles de escoger sin tener el votante que pintarse de un color que no es el de su elección.
Por este mismo razonamiento, para los ganadores también puede ser engañoso el triunfo. En lo que tiene que ver con el partido de gobierno, su votación se redujo, lo cual es real.
Sin recurrir a la negación, o autoengaño, como comercialmente ahora se le llama, cada participante en la pasada contienda electoral está en el deber de analizar serenamente las causas de sus avances y retrocesos.
Mientras tanto, para fines de banca y pool, será Leonel Fernandez el próximo presidente de los dominicanos por votacion absolutamente mayoritaria de sus compatriotas, y no otro de los aspirantes, de lo cual me alegro mucho.
Salcedo, R.D., 30 de mayo del 2008
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