lunes, 14 de abril de 2008

Terrores Nocturnos y Pesadillas

El tratamiento o manejo consiste en reducir los posibles estresores (causantes de ansiedad) en el ambiente familiar y escolar y reforzar la sensación de seguridad y auto confianza en el iño.
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Los terrores nocturnos representan un cuadro agudo de ansiedad que ocurre durante el sueño de un niño. Estos episodios, que pueden durar desde varios minutos a varias horas, tienden a ser esporádicos y a desaparecer con el desarrollo. Cuando se presentan de forma reiterada o consecutiva, pueden expresar un trastorno en el proceso de adaptación del niño.Típicamente, luego de haber dormido entre 30 minutos a 3 horas, el niño súbitamente comienza a llorar o gritar y permanece acostado, sentado o levantado de la cama con los ojos abiertos. Luce con intensa ansiedad (pupilas dilatadas, sudoración, respiración rápida, pelos de punta y taquicardia). A veces pronuncia palabras o frases incoherentes, como alucinando. No responde preguntas, no escucha ni entiende ni reconoce a los padres. Resulta difícil despertarlo. El episodio termina después de varios minutos o varias horas cuando se le logra despertar o al volverse a dormir. A la mañana siguiente el niño no recuerda nada o casi nada del episodio.Los terrores nocturnos constituyen un estado intermedio entre el sueño y la vigilia y ocurren en el intervalo no REM del sueño.
Las pesadillas, en cambio suceden durante una fase más tardía y profunda del sueño (sueño REM). Constituyen un sueño terrorífico con un despertar angustioso, se asocia con frecuencia a una sensación de peso sobre el pecho con afectación de la respiración y sensación de parálisis. El niño lucha por moverse y ‘defenderse’ pero su cuerpo no le responde. Puede mostrar contracciones de la cara, puede gritar o gruñir. A diferencia de los terrores nocturnos, cuando acude la familia en auxilio, la ansiedad termina y el niño es capaz de narrar el sueño de terror que ha tenido. Las pesadillas tienden a ocurrir con más frecuencia al final de la noche, cuando el sueño REM es más abundante.Tanto los terrores nocturnos como las pesadillas tienden a desaparecer espontáneamente a medida que avanza el desarrollo del niño si dejar ninguna secuela.
El tratamiento o manejo consiste en reducir los posibles estresores (causantes de ansiedad) en el ambiente familiar y escolar y reforzar la sensación de seguridad y auto confianza en el niño. Solo en casos patológicos, esto es, cuando son muy frecuentes o intensos, cuando son una amenaza a la supervivencia, a la seguridad o a la autoestima del niño, se consideran un problema de salud y se requiere entonces la intervención de un profesional de la salud.

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